Primera rodada en Walles.

Primer despertar en Territorio Quechua. Solo recordaba haber dormido en una casa de tela en alguna concentración veraniega a altas temperaturas y despues de una larga noche, así que esta vez a pesar de que el despertar era en ocasiones demasiado fresquito y húmedo, la compañera Quechua termino siendo fiel compañera de viaje.
Así pues empezamos a montar las bicis, ya que a eso de las 11 teníamos nuestra adaptación al btt ingles.(40 km Marathon).
Las primeras sensaciones visuales de la gente allí concentrada eran de "all mountains 100x100", bicis dobles, y piernas gordas.
Salida y a rodar, la sensacion de humedad era constante, aunque aquello no me preocupaba demasiado. La cosa cambio cuando empezamos a entrar en el monte, y el color marrón de la tierra o barro, no existía, y se cambiaba por verde brillante y rocas mojadas. Por dios, nunca había rodado tanto encima de una superficie tan resbaladiza, ¿donde nos hemos metido,? esto no se parece en nada al desierto de monegros, patina, patina, y cuanto mas despacio vas , mas patina, así que tendremos que empezar a correr riesgos, por que hasta los abuelos de la gallata, los corren para mantenerse en estas superficies. Cumulo de nuevas pero alucinantes sensaciones.
El sistema de carrera es idéntico al español, signos identificativos en cada intersección y a correr (orange arrow), así que nosotros mientras íbamos en pelotón a seguir al ultimo y cuando nos quedamos solos a seguir las flechas. Así pues en un despiste, conseguimos encontrar el camino del día después, con la suerte de seguirlo. Fue así como disfrutamos de un final de etapa en solitario y multiplicando por dos el numero de kilómetros.
Cuando llegamos al campamento después de haber rodado la friolera de 100km en lo que inicialmente era un calentamiento, y habernos quedado sin comida, hacia ya buen rato, nuestro desanimo era tal que conseguimos cancelar parte de nuestra segunda etapa, ya que el cansancio acumulativo sabíamos que nos jugaría mala pasada en el resto de etapas.